Concreto y sin titubeos se muestra un origen sin complejos.
Robando conejos a los bombines y adoquines a los obreros.
Estela delictiva que contonea el trasero cabeza arriba.
Sin manchas de vidas, pero más de una noche de vigilia.
Es triste robar pero más triste es matar, y él no mata.
Él es una garrapata montada en el lomo de la sociedad.
El montante final es un vendaval que destroza caminos.
Hecho por los cretinos inventores de pobres y ricos.
El mundo no gira por obligación, sino por querer intentar,
que en uno de estos giros se despeñe al vacío el banco mundial.
Y un sol cada vez más violento, a todos nos quiere quemar,
hasta hacernos del polvo ceniza y de la ceniza una cura de humildad.
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