Cincelando los momentos aun por vivir,
aparecen los restos de un relato feliz.
Y voy dando forma a una vida contigo,
y si me paso de la raya lo vuelvo a intentar.
Mezclo las palabras hasta llegar al ombligo,
de la certeza que tú me enseñas a amar.
En cada bar, dibujo con el sudor de la botella un corazoncito,
y cuando anoto tu nombre y el mío me dan ganas de gritar,
que yo tengo a la mujer más bonita del mundo,
y que ni un segundo pasa que no te quiera querer.
Y pasan los días pero no la ilusión,
el resto de mi vida es solo para ti.
Si llueve que llueva sobre el colchón,
gotitas de amor que nos hacen reír.
Más te vale quererla, tienes un sol!
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