miércoles, 27 de julio de 2011

UN CORAZÓN SE MUERE

Dormidito como un muñeco,
en una cuna de barro seco
descansa exhausto un corazón.

Tiene una vida por delante,
detrás arrastra un equipaje
como si fuera de hormigón.

No hay madre que le bese,
ni una mirada que le penetre
en su triste autoestima de cartón.

Deja de llorar por cansancio,
su agotamiento va despacio
pero sin detenciones para el amor.

Quien le enseñará a latir,
a vivir cada día con una sonrisa?
Quien le enseñará a escribir,
poemas con el sudor de la brisa?

Ya no le quedan ganas de buscar,
esa gama de colores para pintar
su incoloro y pobre relieve.

Solo va dejándose llevar,
hundido en este puto mar
que lo absorbe con su corriente.

No hay salvavidas que agarrar,
ni socorristas que poder avisar
que un bonito corazón se muere.

Los peces se pondrán a llorar,
y le harán su merecido funeral
sabiéndose verdugos del presente.

Quien le enseñará a latir,
a vivir cada día con una sonrisa?
Quien le enseñará a escribir,
poemas con el sudor de la brisa?

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