Veo en la nada una enfermedad que me atosiga,
y no es que me amenace en venir a por mi.
Es que la soledad nunca ha sido mi amiga,
y sin un solo enlace de estima no querría seguir.
El camino se hace largo sin huellas duplicadas,
el polvo que se esparce tiene historia que explicar.
Cada piedrecita una noche de dulces
miradas,
cada cruce de destinos un futuro por labrar.
No hay luces artificiales que faciliten la caminata,
toda la luz existente viene de las adversidades.
Y si juntamos las manos no habrán brujas malvadas,
que acechen el mínimo descuido de nuestras verdades.
Tú eres el camino que quiero andar,
y talar el seco arbolito del desamor.
La caza está prohibida en este lugar,
a no ser que el cazado resulte ser yo.
Tú eres la montaña que quiero escalar,
y hacer fotografías desde lo alto.
Para ver como hormigas a esos desgraciados
de aquel pueblo fantasma, llamado Enfermedad.
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