Vi, hace mucho tiempo
una mujer que no tenía cara,
estaba embarazada, andaba
despacio por las venas de la ciudad.
Las campanas sonando a la hora,
también a la media, y ella que llora
sin esconderse de ningún mirar.
No sé nada de su vida,
ni ella de la mía, y a la vez lo se todo
y en cualquier modo, a ella le da igual.
No, nunca mira atrás,
sabe a su pesar, que las flores
pasadas nunca olerán
igual que en el ayer.
Se palpa su vientre,
que esta muy caliente
para acomodar a la bestia
que en unos meses la va a matar.
Ella sabe lo que va a pasar
y aun así, no le para de cantar
de noche y de día canciones
de un amor eternal.
Y recuerdo, esas canciones
que tanto me gustaban
y hacían que bailara
con mi cordón umbilical.
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