sábado, 31 de diciembre de 2011

CARTA DE DESPEDIDA

La quería, como nunca he querido.
Mi fe, se alimentaba de ella.
Nunca vi mujer más bella.
Ni besé sabiendo que había perdido.

Fracasé, en lo referido al amor.
Así que fracasé en todo.
Nunca sentí tanto dolor, 
como cuando de nuevo estuve solo.

Fue un beso de propina,
para no sentirse culpable.
Y mientras yo dormía,
ella preparó su equipaje.

Y mi vida marchó, sin decir adiós.
Mientras yo soñaba con un beso.
El cual, al final resultó,
ser la muerte de mi deseo.

Mi bomba de sangre será inercia.
Mi aliento irá de farol.
Imitando su esencia,
cuando hayan lunas vacías de amor.

Todas, se podría decir.
Pero esta carta no es para dar pena.
Es una disculpa por decidir,
que lo mejor es cortarme las venas.

La quería, como nunca he querido.
Mi fe, se alimentaba de ella.
Nunca vi mujer más bella.
Ni besé sabiendo que había perdido.

Y mientras observaba la marea,
escuché un grito desesperado.
Me giré, y vi que era ella.
Y supe que me había equivocado.

En el último segundo de vida,
me dijo que lo sentía.
Que las maletas no eran una huida.

En el último segundo de vida,
me dijo que me quería.
Y escribió otra carta de despedida.

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