lunes, 5 de diciembre de 2011

DEL POLVO VENIMOS

Una mota de polvo, deambula por mi habitación,
va estudiando en silencio los objetos estáticos.
Solo busca una morada, donde no sea arrollada,
y prueba en el sombreo de una lámpara de plástico.

Arrítmicos sus pasos por su falta de seguridad.
Se cobija en el calor de una bombilla casi fundida.
Pero le soplo y sale volando, hacia un baso de cristal,
que almacena el sobrante de un café de hace días. 

Una mota de polvo presa por la fatalidad,
de no encontrar un sitio donde pueda descansar.
Despechada donde vaya, bebe de la incomprensión.
Acabada en su comienzo de encontrar aceptación.

Del polvo venimos y así se lo pagamos.
Hecha polvo está la mota, y yo desesperado.
Su presencia me da picores,
y la insulto cuando me rasco.

Del polvo venimos y así se lo pagamos.
Hecha polvo esta la mota, y yo desesperado.
Soy alérgico de mi principio,
y mi principio se ha limpiado.

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