domingo, 1 de enero de 2012

NO SÉ LO QUE DIGO

Voy siempre tres pasos detrás de vuestro mundo.
Yo tengo el mío.
Voy hablando a solas, y acompañado me hago el mudo.
Y no sé que digo.

Parece que todo sea un decorado,
que seáis todos del mismo bando,
y yo solo ante el peligro.

Parece que sea un loco acobardado,
y vosotros los envalentonados,
que dicen que soy un niño.

Si vuelan las moscas, yo no seré menos.
Dejarme en mi propia dosis de gravedad.
Si vuelan las moscas, yo no seré menos.
Dejarme que deje preguntas sin preguntar.

Pues mi vida no es un examen,
es una sentencia equivocada,
sin fianza para la libertad.

Pues mi muerte es un aquelarre,
con una inquietud embrujada,
por como la hechizarán.

Llueven miserias dentro de mí,
que van inundando mi salud.
Mis conclusiones hacen sonreír,
y dudo que eso sea una virtud.

Ríe si te sale de los huevos,
que yo no me salgo del límite,
que marca mi chaladura.

Si tu caballo está muerto,
por ser un jinete de mimbre,
no te las des de herradura.

Lloran las risas de las verdades,
por pena hacia las mentiras.
Nos creemos que somos divanes,
y somos locos a la deriva.

Sin miedo a tener miedo,
sin él, seriamos un cadáver.
Incluso sin sufrimiento...
no iríamos a ninguna parte.

Recito plegarias que nadie me enseñó.
Recito de memoria mis pecados.
Y de tanto recitar me he olvidado,
que yo nunca he sido un puto predicador.

Y como ya dije al principio,
no sé lo que digo.

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