Me estoy quedando sin nada que darte,
las previsiones se agotan si no se reponen.
Y no hay quien reponga un mísero detalle,
ni quien alimente esas promesas de amores.
Son demasiados golpes para siempre levantarse,
y alguna vez en el suelo quedaré exhausto.
Es que no doy a basto con tantos malos días,
y desaparecerá el clavo donde poder agarrarse.
Pido una tregua de por vida,
una sonrisa en cada sol.
Pido cosquilleos en la barriga
como hace tiempo entre los dos.
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