viernes, 13 de mayo de 2011

CAPITALISMO

Ella no quería hacerlo pero no tenía otra opción,
y temblando de miedo se marchó.

No podía seguir estancada en aquella situación,
y de todo lo que amaba se separó.

No quiso llorar para no perder nada de convicción.
Solo lo conseguiría con mucho valor.

Y cuando estaba aterrada se palpaba la barriga,
para coger fuerzas de una semilla.

Se lanzó sin saberlo hacía las garras de la muerte,
transformadas en agua y sal.
Y dos cuerpos sin vida parecen un simple juguete,
en manos de un niño malcriado que se llama Capital.

No hay comentarios:

Publicar un comentario