Si la vida es un pañuelo,
tu y yo somos dos mocos
que se secan poco a poco.
Y entre cánticos de duelo
vamos directos a la basura
donde yaceremos desde entonces,
en ambiente de clausura
y con falsos pasaportes.
No habrá nariz que anhele
nuestra compañía.
La muerte y la vida
son solo dos dos herejes
de la decisión personal.
Da igual lunes que jueves
que de noche o de día.
Da igual tu rebeldía
o que tu mismo te flageles.
Otro por ti hará.
Otro por ti deshará.
Otro por ti jugará
la partida decisiva.
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