sábado, 25 de agosto de 2012

NO HAY FUTURO

Un niño pedalea su vieja bicicleta robada,
y va recorriendo las calles por donde vive.
Esquiva con maestría a las malolientes ratas,
y saluda a los yonkis que sin dientes le sonríen.

Un contenedor se está comiendo a una anciana.
Un aparador muestra dos maniquíes quemados.
Una parada de autobús donde ninguno para.
Una sala de estar en un coche abandonado.

Y el niño sigue pedaleando la bicicleta de otro,
observando el decorado de su endeble existencia.
Espiando a las putas que ejercitan por el mono.
Interpretando a su manera la madre de las ciencias.

Charcos de vómito calentándose en las aceras.
Jeringuillas utilizadas para vivir otra vida.
Colonias de piojos que van mudando de cabeza.
Hospitales con camellos pero sin camillas.

Y el niño que pedalea sin destino planeado,
de tanto mirar a los lados no vio el muro,
donde una pintada de los años ochenta y tantos
difundía, sin saberse adivina... No hay futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario