Cual gusano que roe un cadáver.
O antifaz que esconde al miedo
que se tiene, cuando estás repleto,
de una inexistente fuente de sangre.
Qué le vamos a hacer.
Si somos autodestructivos.
Si vamos de ángel caído,
sin saber comprender...
Que la vida es una imposición.
Y la muerte un puente,
que cruza el río de tu presente,
y llega a otra dimensión.
La cual nos tiene confusos
y esclavizados.
En guerra por los reclusos,
que van orando
rezos diferentes.
Incapaces de andar sin bastón.
Perdemos equilibrio.
Discutiendo cuál es el mejor,
y cuál no tiene sentido.
Bastonazos vehementes.
Lo único cierto, de momento,
es el odio y el amor.
Mezclar éstos dos elementos,
será la mejor opción.
A ella, ni le odio ni le quiero.
Odiarle es imposible,
y decir un simple te quiero,
es igual que mentirle.
A ella le venero, le deseo...
le necesito.
A ella le amo, le reclamo...
y le necesito.
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