Hola, soy un niño aporreado,
en mi escuela hace mucho frío,
y decidimos, que hasta aquí habíamos llegado.
Que hoy protestariamos por un colegio digno.
Hola, soy un viejo aporreado,
el estado me está exprimiendo,
y poquito jugo queda, en este cuerpo cansado.
Salimos los ancianos, a decir que no queremos.
Hola, soy un joven aporreado,
no tengo donde caerme muerto,
poder vivir, es lo que cada noche voy soñando.
Hoy nos juntamos, para conseguir este sueño.
Pero todos ellos no pensaron,
que a quienes pagan por estar a salvo,
esperaban armados, y bien drogados,
para acallar la voz de todo un pueblo.
Pero esos hijos de la complejidad,
no se atreven cuerpo a cuerpo.
Necesitan uniformes, cascos y de más,
contra flores, carteles y aspavientos.
Pero un día, esto cambiará,
quien tiene todo, tendrá nada.
Y que no busquen piedad,
ni en su esquela del mañana.
Esas porras que tanto utilizan,
para divertirse con cada ostia.
Nos darán semanas divertidas.
Semanas de colonoscopia.
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