A mi corazón,
de vez en cuando,
le da por hacerse un nudo.
Y me desnudo,
sin siquiera pensarlo,
a su merced.
Pierdo la visión,
y me voy precipitado,
a mi embudo.
Y me descubro,
a quien esté mirando,
herido por una cruel traición.
Aquella que depara el futuro,
sin atender a peticiones de piedad.
Aquella pistola sin un seguro,
que estaremos obligados a disparar.
Aquella ausencia inesperada,
por mucho que sepamos que llegará.
Aquella vida que se marcha,
sin saber si la podrás recuperar.
Y quiero que nuestros besos,
encuentren la eternidad.
Y no queden en un recuerdo,
para los que nos llorarán.
Tumbas, para quien las quiera.
Yo prefiero la libertad.
Y que mis grandes quimeras,
lleguen a ser realidad.
Acerca el oído a mi boca,
un secreto te voy a confiar.
Cuando calientes la sopa,
luego nunca la dejes enfriar.
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