martes, 26 de abril de 2011

CAÑA DE EXTRA-RADIO

En una terraza del extra-radio tomando una cañita,
ocupando una mesa con sombra y tres sillas vacías. 
Fijándome en la gente e imaginando cada una de sus vidas,
concluyendo que todas son mas felices que la mía.

Poco a poco el baso se va quedando sin energía,
y la sombra agobiada se ha buscado otra compañía.
Y no es que la vida no me sonría, el que no sonríe soy yo.
Es esa mierda de manía, de apagarme sin razón.

Y un envoltorio de un helado se desplaza torpemente,
y una cagada de perro se seca sin ni siquiera llorar.
Y una colilla no se da cuenta que ya nadie la quiere,
y un céntimo en la acera grita que le sepan valorar. 

El baso de nuevo está lleno y con fuerzas,
pero sabe que le iré consumiendo el cerebro.
Y aun a sabiendas de esta repetida certeza,
se muestra contento con su espuma de sombrero.

Y el fregadero será nuestro adiós.
Y el seguirá su monótono camino.
Yo compararé los precios de este amor,
y me entregaré utilizando uno de los cinco sentidos.

No soy mas que lo dicho ni menos de lo que escondo.
Alguien sabe que en el fondo hay varios entresijos.
No hay mas verdad que la encerrada en cada cuerpo.
Una vez éste esté muerto, las mentiras vencerán.

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