En la curva donde mueren
los besos accidentados,
hay flores marchitadas
recordándonos el pasado.
Ambulancias en la cama
vienen a nuestro auxilio,
con todos los utensilios
para reanimar las desganas.
Sudor de arrepentimiento
y alaridos de guardacostas.
Un mar muy enfurecido
nos desprende de la ropa.
Manchas de bienestar
dibujan formas irregulares.
Y esas formas irregulares
muestran nuestro igual.
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