domingo, 2 de enero de 2011

EL BARRIO

Siguiendo la parábola 
del gargajo de un chino
de su garganta a la acera.

Esquivando las gárgolas
que navegan a lo pillo
entre charcos de borrachera.

Restregando en un portal
el zapato con el que pisé
pienso en estado de churro.

Observando el fondo de metal
de una lata con poco caché
sin monedas para el vagabundo.

Imaginando el cabreo descomunal
que debe de sufrir a diario
el pobre basurero de la zona.

Cada tres pasos hay un bar
donde rezar penas al Rosario
es tomar una cerveza tras otra.

Escasez de idioma del país
que busca bocas desesperada
donde encontrar supervivencia.

Sirenas colorean el gris
que pincela la noche adornada
con los pedos de la excelencia.

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