martes, 23 de noviembre de 2010

UNA DE CORAZONES

El corazón no sabe de descansos,
al primero de ellos se acabó.
Noche y día haciendo su trabajo,
Sin saber nada del exterior.

No sabe de guerras injustas,
ni que un día será finiquitado.
Ni que hay cosas que asustan,
ni que  el tuyo es su abogado.

No sabe de derechos humanos,
ni que muchos son ignorados.
Ni que hay corazones tristes,
ni que el mundo juega al despiste.

No sabe absolutamente nada,
pero es el dueño de mi cuerpo.
El que decide en qué jornada,
voy a llorarte desde lejos.

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