lunes, 11 de marzo de 2013

INSTINTO BÁSICO

Llega la noche, y con ella una tímida luna.
Y al unísono, tengo una tormenta en mi cabeza.
Me vienen tus besos, llenitos de la espuma
surgida, de un organizado ejército de cervezas.

Y pienso en la munición disparada,
cual mi coherencia amputó.
Tú no eres la dueña de mis palabras
cuando describo al amor.

Tú fuiste mi triste desliz.
Triste pero gustoso.
Eres la piel del oso
que tantas noches vendí.

Tú fuiste mi cruel rendición.
Cruel pero gustosa.
Eres la más hermosa
de las heridas de mi sinrazón.

Y ahora te quiero olvidar,
pues mi corazón te rechaza.
Pero la necesidad de carnaza
me hace volverte a llamar.

Me guardo los te quieros en el bolsillo,
para cuando llegue a mi hogar.
Siempre seré fiel a todos mis instintos,
y científicamente soy un animal.

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