Una cuerda rasgada sujeta mi concepto de la realidad,
a la realidad en si misma.
Y me dan bocanadas de pequeñas ausencias,
sin saber si pierdo la cabeza.
Será por tristeza, o por un sinfín de miedos,
o simplemente será la vida.
Pero en todo este tiempo, aún no se si soy feliz,
o soy la cruz de tu moneda.
Y pasan los años, y en cada uno de ellos pienso,
que el venidero será mi punto de partida.
Pero es un bucle que se repite continuamente,
mientras no logro valorar mis riquezas.
Por si acaso, tú no me sueltes de la mano,
o la esperanza sin piedad me consumiría.
Y teniendo lo que verdaderamente tengo,
habría creado una auto-condena.
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