sábado, 10 de marzo de 2012

LO QUE COTIZA UN CHALADO

Sin encontrar ni una pose en el sofá.
Con mucho sueño y sin poder dormir.
Sin ganas de estar en la vida real.
Con asco a la luna si no voy a salir.

Sin miedos en una cama alcoholizada.
Con falsedad en algunas sonrisas.
Sin diplomacia en los fantasmas,
que con premeditación me visitan.

Cosiendo una herida llena de sangre.
Aguja penetrada, por un hilo de esperanza
que se dedica a perpetuar, el desplante
a sentenciar mi vida, por acabada.

Me ruborizo de lo embutido,
que está el nido del que hizo,
de un cortijo un San Benito,
de un molino un cobertizo.

Me repito como el chorizo.
Pero me erizo si no lo digo.
Para mi, lo único mestizo;
lo que cotizo de tus cariños.

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